Carmen Meneses es antropóloga, feminista y profesora universitaria. Su interés por la mujer le ha llevado a realizar varias investigaciones curiosas, hoy la hemos invitado al Puto Programa para que nos hable de una de sus investigaciones más importantes, la experiencia de compartir varias semanas de su vida con prostitutas en diferentes burdeles. Una experiencia inquietante de la que se ha desprendido un libro: `Viviendo en el burdel´ (editorial Comares). Hoy, en el espacio que dirige Experto en Igualdad y Lunawine, analizaremos los pormenores de esta experiencia y nos adentraremos en uno de los ambientes más comunes del trabajo sexual. 

Según nos cuenta la investigadora, su interés por el mundo del trabajo sexual se remonta a los años 90, cuando tuvo las primeras experiencias de acercamiento al sector en el marco de sus investigaciones. Pero fue en el año 2012 cuando recibió una propuesta concreta para estudiar este fenómeno desde dentro, cuando la Delegación de Gobierno de Madrid planteó la conveniencia de realizar un estudio para detectar las necesidades de las víctimas de trata en España. Para ello se sumergió en la vida de distintos clubes de diferentes Comunidades Autónomas.  En el pasado, Meneses tuvo contacto con personas que realmente eran víctimas de trata. Asegura que “conoció historias horribles”. Fue ese condicionamiento lo que hizo que de manera inicial abordara su investigación con el objetivo de detectar víctimas de trata, pero lo que se encontró en esta ocasión fue algo muy diferente. 

Su metodología de trabajo comenzó con una serie de entrevistas a varios empresarios del sector, de los cuales algunos accedieron a concederle una entrevista presencial. Fue a partir de estos encuentros cuando se encontró con un escenario que no esperaba, la colaboración de los empresarios del sector para abrirle las puertas de sus locales. Durante semanas, Carmen acompañó a las trabajadoras sexuales en su día a día. Ahí descubrió, según palabras de la investigadora, “el empoderamiento y la valentía de estas mujeres”. Lo que más le llamó la atención fue la capacidad de las trabajadoras sexuales de manejar a los clientes, de establecer sus condiciones y cumplir sus objetivos económicos. Relata que no encontró ninguna mujer que estuviese en alguno de esos locales contra su voluntad. Sí identifica algunas circunstancias donde, debido a la ausencia de un marco normativo, pueden surgir situaciones de explotación, por ejemplo, en lo relativo al precio del alquiler de las habitaciones que deben abonas las trabajadoras sexuales, ya que al no existir una regulación específica para un aspecto tan concreto, queda al arbitrio del empresario, lo cual puede generar situaciones desfavorables para las trabajadoras. No obstante, pone de relieve que este tipo de circunstancias no tienen por qué ocurrir de manera generalizada, dado que depende en último término del cariz del empresario. 

Carmen meneses tiene un punto de vista pragmático. Ni dulcifica y demoniza la prostitución, la aborda tal como es. “En cualquier trabajo sería ilegal tener un contrato de ocho horas y trabajar 12, pero en la prostitución esto no se puede hacer porque no está regulada” -afirma la investigadora. Se muestra crítica con el concepto de explotación que muchas feministas atribuyen a la prostitución: “la explotación no es un concepto recogido en nuestro código penal” sentencia. Atribuye a la falta de un marco laboral las posibles situaciones de abuso que se pueden dar, y pone el ejemplo de Suiza, país donde existe una importante colonia de prostitutas españolas que ejercen la actividad sexual remunerada. En el país helvético no se permite trabajar a ninguna prostituta que no tenga un pasaporte de la Unión Europea. Meneses cree que la regulación más completa es la de Nueva Zelanda, un país donde se escuchó a las trabajadoras sexuales a la hora de crear el marco normativo. 
La conversación sigue avanzando entre anécdotas e interesantes reflexiones hasta que el Puto Enrique toma el mando para desplegar su sección semanal de análisis de la actualidad. Esta semana han vuelto a reaparecer los grupos de presión para instar al Gobierno a prohibir la prostitución a través de una reforma constitucional. La asociación de mujeres juristas Themis ha sido la autora de esta iniciativa. Otra noticia que ha ocupado la prensa española ha sido el fracaso de tres países europeos, Inglaterra, Francia e Italia, en limitar el acceso de menores al porno. Cierra este espacio con la noticia donde se recoge la condena a Grecia por parte del Tribunal Europeo de Derechos Humanos tras publicar en el año 2012 datos médicos de cinco trabajadoras sexuales.